La capital de la cultura Inca tiene mucho que decir en la actualidad. Evidencia el resultado de uno de los procesos más característicos de la conquista en Latinoamérica, dejando ver en cada uno de sus rincones la historia de los diferentes habitantes que compusieron esta ciudad. Cuzco es hoy en día uno de los ejemplos más ilustra5vos del cruce de culturas que se dio desde la llegada de los españoles en adelante, evidenciando por un parte, el fuerte sincretismo propio de este proceso, pero al mismo tempo manifestando el fuerte arraigo que los habitantes del Tawantinsuyo tienen sobre sus costumbres indígenas. En Cusco nos encontramos con una ciudad profundamente compleja. Dos mundos que a pesar que coexisten entre sí, parecieran no estar del todo reconciliados. Desde siempre ha existido en la memoria colectiva un fuerte resentimiento frente a los españoles quienes son considerados como agentes destructores de la cultura Inca. Esta imagen del conquistador como usurpador, se ha mantenido por años en el discurso de los habitantes de esta ciudad, por lo que no debe ser extraño para quien viste Cuzco, que los mismos pobladores no reconozcan su identidad mestiza, sino que buscan rescatar incansablemente sus raíces indígenas.
Teresita Morere