La Calle San Agustín es una de las calles más emblemáticas de la ciudad del Cusco, Perú. Se encuentra ubicada en la zona monumental, donde se conservan los vestigios de la antigua capital del imperio incaico. Esta calle forma parte de la red vial del Tawantinsuyo, que conectaba a la ciudad con las cuatro regiones del imperio. En particular, la Calle San Agustín comunicaba el centro de la ciudad (el antiguo Huacaypata y actual Plaza de Armas) con la zona de Limacpampa, donde se iniciaba el camino hacia el Collasuyo, la región sur del imperio.

La Calle San Agustín tiene una longitud de 357 metros y un ancho de 7 metros. A lo largo de su recorrido, se pueden apreciar muros incaicos de piedra labrada, que fueron aprovechados por los conquistadores españoles para construir sus casas y conventos. Algunos de los edificios más destacados que se encuentran en esta calle son la Casa de los Cuatro Bustos, donde vivió el conquistador Juan de Salas y Valdez; el antiguo Convento de San Agustín, que hoy funciona como el hotel JW Marriott; la Casa Ferrari, que alberga el Museo de Arte Precolombino; y la Plazoleta de Limaqpampa Chico, donde se ubica la Iglesia de San Cristóbal.

La Calle San Agustín es una vía de gran valor histórico y cultural, que ha sido reconocida como parte del patrimonio de la humanidad por la UNESCO en tres ocasiones: en 1983, como parte de la Ciudad del Cusco; en 2014, como parte del Qhapac Ñan – Sistema Vial Andino; y en 2021, como parte de los Caminos del Inca. Además, desde 1972, forma parte de la Zona Monumental del Cusco, declarada como Monumento Histórico del Perú.

La Calle San Agustín es una de las calles más bonitas y representativas de la ciudad del Cusco, que invita a los visitantes a recorrerla y admirar su arquitectura, su historia y su encanto. Es una vía que une el pasado y el presente, y que muestra la riqueza y la diversidad de la cultura peruana.